Reseña: ‘Todo hombre muere solo’, de Hans Fallada

Acabo de terminar de releer “Todo hombre muere solo”. Lo leí por primera vez en 2009, cuando se publicó por primera vez traducido; entonces me impresionó, pero esta vez me ha impresionado aún más su fuerza. Es un gran recordatorio de los instintos destructivos del extremismo y de la fuerza del espíritu humano.

Es una historia extraordinaria de resistencia a los nazis dentro de Alemania, y pinta un cuadro profundamente aterrador y creíble de la vida bajo ellos. Sorprendentemente, está basada en la verdad; se centra en la historia ficticia de una pareja alemana de mediana edad, Otto y Anna Quangel, que viven en Berlín durante la Segunda Guerra Mundial. Al principio no más que incómodos con lo que ven suceder a su alrededor bajo el dominio nazi, cuando su hijo reclutado es asesinado, recurren a la resistencia; no en el sentido familiar de la resistencia en tiempos de guerra, de partisanos armados y luchadores de la resistencia malviviendo; sino en gestos sencillos y cotidianos que la gente corriente podría hacer, si decidieran decir “no”.

Por supuesto, los horrores del nazismo, de cualquier estado totalitario, no son noticia. Pero he leído muy poco sobre la resistencia, o sobre la vida cotidiana, dentro de Alemania; la experiencia de la gente corriente haciendo su vida bajo el régimen. Lo que más me impresionó de esta lectura fue lo extraordinaria que es la acusación de cómo el totalitarismo se destruye a sí mismo; cómo deshumaniza a sus propios creyentes y corrompe al pueblo, a la “raza superior” que proclama y a la propia nación que dice estar construyendo. Es un retrato devastador del autocanibalismo; de un movimiento político paranoico y psicótico que se consume a sí mismo.

Por el contrario, como escribe Geoff Wilkes en su Epílogo:

“El hecho de que [the Quangels] logren muy poco éxito material contra el régimen nazi se presenta como secundario frente a la idea de que derrotan al régimen en términos ideales e incluso metafísicos, al preservar su integridad moral como individuos y como representantes de una Alemania mejor que justifican la supervivencia de la nación”.

Es su propia ordinariez, su fuerza y su valor, lo que hace que este libro sea tan conmovedor, profundamente honesto y, para mi sorpresa, en última instancia edificante. Es un libro que no olvidaré y al que volveré una y otra vez.

[Also published in English as ‘Alone in Berlin’]