SELECCIÓN DE RELATOS
¿Y si?
Dino Buzzati. Él era el Dictador. Pocos minutos antes había finalizado, en la Sala del Supremo Konzern, el informe del Congreso Universal de las Hermandades, al término del cual la moción de sus adversarios fue desestimada por aplastante mayoría. Por lo cual, Él era...
Asomándose desde la Abrupta Costa
Italo Calvino Me estoy convenciendo de que el mundo quiere decirme algo, mandarme mensajes, avisos, señales. Es desde que estoy en Pëtkwo cuando lo he advertido. Todas las mañanas salgo de la pensión Kudgiwa para mi acostumbrado paseo hasta el puerto. Paso por delante...
El bosque raíz laberinto
Italo Calvino En un bosque tan frondoso que aún de día estaba oscuro, el rey Clodoveo cabalgaba a la cabeza de su ejército, de retorno de la guerra. El rey estaba preocupado: sabía que a un cierto punto el bosque debía terminar y entonces él habría llegado a la vista...
Continuidad de los parques
Julio Cortázar Había empezado a leer la novela unos días antes. La abandonó por negocios urgentes, volvió a abrirla cuando regresaba en tren a la finca; se dejaba interesar lentamente por la trama, por el dibujo de los personajes. Esa tarde, después de escribir una...
El jardín encantado
Italo Calvino. Giovannino y Serenella caminaban por las vías del tren. Abajo había un mar todo escamas azul oscuro azul claro; arriba un cielo apenas estriado de nubes blancas. Los rieles eran relucientes y quemaban. Por las vías se caminaba bien y se podía jugar de...
El ojo del amo
Italo Calvino. -El ojo del amo -le dijo su padre, señalándose un ojo, un ojo viejo entre los párpados ajados, sin pestañas, redondo como el ojo de un pájaro-, el ojo del amo engorda el caballo. -Sí -dijo el hijo y siguió sentado en el borde de la mesa tosca, a la...
El pecho desnudo
Italo Calvino. El señor Palomar camina por una playa solitaria. Encuentra unos pocos bañistas. Una joven tendida en la arena toma el sol con el pecho descubierto. Palomar, hombre discreto, vuelve la mirada hacia el horizonte marino. Sabe que en circunstancias...
La aventura de un automovilista
Italo Calvino Apenas salgo de la ciudad me doy cuenta de que ha oscurecido. Enciendo los faros. Estoy yendo en coche de A a B por una autovía de tres carriles, de ésas con un carril central para pasar a los otros coches en las dos direcciones. Para conducir de noche...